Junio 17 de 2025
EL MINISTERIO DE JESUCRISTO
MATEO 4:23-25 NTV
23 Jesús
viajó por toda la región de Galilea enseñando en las sinagogas, anunciando la
Buena Noticia del reino, y sanando a la gente de toda clase de enfermedades y
dolencias.
24 Las
noticias acerca de él corrieron y llegaron tan lejos como Siria, y pronto la
gente comenzó a llevarle a todo el que estuviera enfermo. Y él los sanaba a
todos, cualquiera fuera la enfermedad o el dolor que tuvieran, o si estaban
poseídos por demonios, o eran epilépticos o paralíticos.
25 Numerosas
multitudes lo seguían a todas partes: gente de Galilea, de las Diez Ciudades, de
Jerusalén, de toda Judea y del oriente del río Jordán.
https://youtu.be/llbh-N2xPFk?si=Ps-ZEucdHmJT6J4V
Estimado lector:
Las costumbres de las sinagogas en esa época brindaban
muchas oportunidades para enseñar, ya que con frecuencia se daba a un visitante
—especialmente si era una persona distinguida— la oportunidad de hablar.
La diferencia entre enseñar y predicar está en el énfasis,
no en el contenido.
La capacidad para sanar diversas enfermedades demuestra un
poder auténtico sobre el daño causado por la caída del hombre.
La autoridad sobre los demonios evidencia que el poder se
extiende sobre toda la creación.
Los milagros dramáticos se permitieron con un propósito
claro: atraer a las multitudes para enseñarles, no simplemente para
impresionarlas con señales.
Queda la pregunta: ¿qué puede impedir dar gloria y honra a
Dios a través de un servicio desinteresado y lleno de agradecimiento?
El Reino de Dios llegó a la tierra por Jesucristo; Él no se
entregó porque los seres humanos fuesen merecedores, sino por amor a todos.
En la actualidad, el ministerio debe estar orientado a
glorificar a Dios y no a los hombres.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”